Una pieza musical barroca excepcional,
los coros como voces angelicales
incrementan la belleza del sonido.
Shhh!!!.. No le cuentes a nadie, pero la verdad, soy una princesa árabe. Nací en un campamento en las candentes arenas del desierto, que brillaban cual polvorientos diamantes en una plenilúnica noche de octubre. Ese campamento instalado apresuradamente en medio de las dunas y la nada, mientras me deslizaba a destiempo, sin llanto ni dolor, hacia el deslumbrante resplandor que me aguardaba.
1 comentario:
Qué privilegio tenemos de poder estar vivos. Estas manifestaciones musicales nos recuerdan lo bien que se siente vivir y poder gozar de todo esto.
Muy agradables elecciones Sara, te felicito.
Tere.
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