Andar con esperanza hasta el final.

El año se nos va, y con él muchas espectativas que no se cumplieron, muchas esperanzas idas, mucha espera vana. Pero viene otro, y con el se renueva todo, pues la vida es un constante renacer día a día. Cicatrizan las heridas, vuelve a florecer donde solo había terreno árido falto de riego de amor, las lágrimas dejan de ser saladas, el sol brilla nuevamente disipando los nubarrones de pesimismo y dolor. La esperanza es lo último que se pierde. Y mientras haya vida, siempre habrá cosas nuevas por las cuales esperar con esperanza, con fé y con amor, objetivos en los cuales poner la vida para poder alcanzarlos y al final de nuestro camino, esos objetivos logrados será lo único de lo cual nos sentiremos verdaderamente orgullosos.
Que si nos equivocamos y era el camino errado? Pero y qué importa, logré llegar al final del mismo! Ya mis pies no pueden desandar el camino andado y jamás me hubiera dado cuenta si ese era el camino correcto o no si no lo camino primero hasta el final. Pero tengo la enseñanza, tengo la experiencia, tengo la sabiduría para distinguir un camino semejante y no volver a transitar por él.
Eso es lo importante, lo que queda.... el dolor, pasa.