31 de octubre de 2008


En el río de la vida. . .


El río de la vida fluye incesantemente, arrastrando en su corriente aguas dulces y saladas, sin que haya nada que detenga el murmullo de sus aguas cantarinas al chocar contra las piedras de las viscisitudes... su dolor se hace canción... y eso es lo que verdaderamente lo hace único y diferente de tantos otros mansos riachuelos... una vida que fluye incesante, constante, sin que aún se haya inventado algo que la pueda contener, ni siquiera el miedo o el amor...

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