Bienvenida!

Que silencio sepulcral!

Ningún sonido se escucha, ni siquiera el latir de mi propio corazón,
todo está tan estático, tan laxo, tan quieto...
estoy sola, absoluta y completamente sola,
como solo puede estar un tuareg en medio de un inmenso erg,
mi soledad tantas veces añorada otra vez se instala conmigo,
está aquí presente, fiel como siempre en las demás ausencias.

Devota compañera ante cualquier circunstancia,
permanece conmigo invadiendo todo mi espacio,
entra conmigo a la regadera, se sienta a mi mesa,
abro un cajón del closet y la encuentro sonriéndome,
camino por la calle y me lleva del brazo como tantas otras veces
a lo largo de esta vida,
así, igual como cuando he estado acompañada...

Aquí, las paredes desnudas de fotografías no perturban su densa paz,
no hay canción que traiga viejos recuerdos,
ni huellas que no sean las mías,
-y las de ella-
todo permanece en su lugar,
ahí donde lo dejé hace un mes, o un año, no sé...
¿que importa el orden cuando todo se encuentra
al instante dentro del perfecto desorden?

Sé que nunca te fuiste,
que has estado aguardando paciente en un rincón,
cuando ilusamente he volteado el rostro tratando de evadirte,
tú solo me mirabas y sonreías moviendo la cabeza con ternura y paciencia,

espectante, con mansedumbre canina,

lamiendo amorosa mi sombra.

Sé y sabes que serás mi única compañera
hasta que la muerte no nos separe...

sara fuentes (méxico)