10 de mayo de 2009





Campesina



Enaguas hasta el tobillo

sin pintura y 2 trenzas

6 hijos, 2 perros

y un jacal hecho de adobe,

es todo su gran tesoro

que no hay nadie que le robe.


Ella no sabe que es internet

ni subir escaleras eléctricas

o cómo cotiza el dólar hoy,

ni quién gano las elecciones,

o si Calvin Klein subió la falda

arriba de los talones.


El cansancio la domina

de tanto andar por la milpa

cosechando las mazorcas,

lavando ropa en el río,

más atender a ese crío

al que le dió mal de ojo.


Surca por verdes veredas

que ella misma va formando

con un machete a la mano

siempre alegre va cantando...

no teme a los animales

que no dejan huellas digitales


Ama el olor del verdor

del campo recién llovido,

el canto y el aleteo

de las aves no enjauladas,

y el aire de la montaña

que siente tan agradable

a las seis de la mañana.


Pero más ama a su hombre

campesino en piel tostada

producto del sol ardiente

él es bravío, fuerte y sabio

con la sabiduría que los viejos

le enseñaron en su niñez

hace ya muchos años.


Cae la noche, él va llegando,

cansado, la piel caliente,

los chicos ya se durmieron

ella le aguarda impaciente...

siempre con una sonrisa

le prepara ya la cena

sin mostrar nunca una pena.


El sudor del hombre rudo,

y el olor de los frijoles

negros con epazote

que espesos humean

sobre la tiznada chimenea

se confunden esa noche

dentro de la humilde choza.


!que suerte tiene esa mujer

con esa vida tan simple!

con esa vida calmada

y ese amor tan sosegado!

!que suerte tiene esa mujer

de estar hecha de sol,

de aire, de tierra y campo!



¡que suerte tiene esa mujer!

2 comentarios:

.Gs. dijo...

¡Qué bonito poema!
Felicidades por esta lírica!
y Felicidades, aunque algo retrasadas, por el día de la madre y de la mujer en general!

.Gs.

almarabesca dijo...

Gracias por tus palabras Gs, gracias por seguirme y por asomarte a este espacio.
un abrazo.
alma arabesca